Consejos de seguridad para conducir durante el otoño
- Cómo conducir con lluvia
- Conducir con niebla
- El peligro de conducir con hojas en la carretera
- Deslumbramientos al atardecer
- Cómo reaccionar ante animales en la carretera
Aunque parezca una estación sin riesgos, conducir en otoño comporta una serie de peligros ante los que hay que tomar precauciones. Además de, evidentemente, llevar bien abrochado el cinturón de seguridad, dejar el teléfono móvil a un lado cuando vayamos al volante y descansar adecuadamente durante los viajes largos, habrá que revisar que el estado del coche sea el correcto, comprobando los neumáticos, la suspensión y el sistema de alumbrado (que vamos a necesitar mucho más que en verano).
Y es que, más allá de las lluvias, con el cambio de hora se acortan las horas de luz del día y empeora la visibilidad al volante. La capacidad visual de un conductor se reduce al 30% de noche y la agudeza visual lo hace en un 70%, según el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía, lo que aumenta las probabilidades de sufrir un accidente de tráfico. De hecho, la DGT siempre advierte que, con el cambio de estación, surgen nuevos peligros en la carretera.
Las lluvias, la humedad, la falta de luz, la niebla, el hielo del invierno que se acerca y una mayor presencia de animales en carretera son todos factores de riesgo para conducir en otoño. Si bien esta estación no es la que más siniestralidad de tráfico acumula, quí repasamos algunos de los consejos más relevantes para reducir el peligro de sufrir un accidente de tráfico.
Cómo conducir con lluvia
Las precipitaciones son más frecuentes durante los meses de otoño. Cuando llueve, la visibilidad al volante se ve afectada y la adherencia de los neumáticos al asfalto puede fallar. Para mantener la seguridad al volante durante las lluvias otoñales es importante tener en consideración una serie de consejos y los dos primeros son adecuar la velocidad, reduciéndola, y aumentar la distancia de seguridad con los vehículos que tengamos delante. Igualmente, hay que usar el pedal del freno con suavidad para no perder el control del coche o evitar que este patine y encender las luces de cruce en cuanto empiece a llover.
Entre los consejos para conducir con lluvia más repetidos, el RACE recuerda que hay que prestar especial atención a la pintura de las señales en el asfalto, ya que puede volverse más resbaladiza cuando llueve y hacer patinar los neumáticos, especialmente los de las motos. Del mismo modo habrá que estar alerta en el momento en el que empiezan a caer las primeras gotas de agua, cuando más peligroso es conducir con lluvia, puesto que estas se mezclan con el barro y la suciedad y crear una capa deslizante en la carretera.
Por último, entre los aspectos que se deben tener en cuenta si se tiene que conducir lluvia, está el temido efecto aquaplaning, que puede provocar graves accidentes de tráfico. En este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber sobre el efecto aquaplaning y cómo evitarlo.
Conducir con niebla
El principal problema de conducir con niebla es que esta afecta enormemente a la visibilidad al volante. Cuando haya poca visibilidad por niebla, ¿qué se debe hacer? Hay tres consejos para conducir con niebla: usar las luces adecuadas, reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad con los vehículos que nos preceden.
El sistema de alumbrado del coche, en estos casos, será nuestro mejor aliado siempre que sepamos qué luces poner cuando hay niebla. Con niebla baja y poco espesa habrá que encender las luces antiniebla delanteras, al igual que con lluvia fuerte o nieve. En el caso de niebla muy espesa, habrá que activar también las luces antiniebla traseras. Eso sí, no se puede encender la luz de largo alcance cuando hay niebla, sea de día o de noche: el haz de luz rebotará en las gotas de agua en suspensión, impidiéndonos ver más aún si cabe.
El peligro de conducir con hojas en la carretera
Durante el otoño, los árboles empiezan a perder las hojas y estas acaban irremediablemente esparcidas por el asfalto, sobre todo en las zonas de montaña más apartadas de los núcleos urbanos. Y, aunque no lo parezca, conducir con hojas en la carretera es muy peligroso.
Si nos encontramos con hojas en la vía habrá que extremar las precauciones, más aún si están mojadas, algo muy factible durante estos meses de lluvias; ya que provocan que la adherencia de los neumáticos al asfalto no sea tan efectiva como debería. Hay que evitar las zonas completamente cubiertas por hojas, reducir la velocidad y no frenar bruscamente.
Deslumbramientos al atardecer
Con el cambio de hora, cambian también los horarios del amanecer y del atardecer, lo que afecta al conductor cuando tiene que conducir con el sol de cara. Los deslumbramientos al volante pueden ser causa de accidente de tráfico y de colisiones, frontales o por alcance, en carretera. Para reducir el riesgo, es importante saber conducir cuando pega fuerte el sol o cuando justo queda en nuestra línea de visión.
Para evitar que el sol nos deslumbre hay que llevar las gafas de sol adecuadas (mejor polarizadas y con cristales de color azulado) y usar correctamente los parasoles interiores del vehículo. Igualmente, llevar los cristales limpios impide que las manchas, a contraluz, produzcan un efecto que multiplique el deslumbramiento. Obviamente, en el momento en el que vemos que nuestra visibilidad se ve comprometida, deberíamos adecuar la velocidad, por lo que es importante levantar el pie del acelerador al conducir con sol bajo o de frente.
Cómo reaccionar ante animales en la carretera
Noviembre, diciembre y enero son los meses en los que se concentra la mayoría de los accidentes de tráfico provocados por animales en carretera. Así pues, cabe refrescar las instrucciones para reaccionar correctamente si nos encontramos con algún animal salvaje en medio de nuestro camino.
En el momento en el que veamos un animal en carretera, habrá intentar que este abandone la calzada. La compañía de seguros Mapfre recomienda usar las luces largas para ello y, si el animal no se mueve, lo mejor es tratar de sortearlo muy despacio, sin hacer movimientos bruscos. Si el espécimen salta de improviso y se cruza en nuestra trayectoria, habrá que tratar de reducir la velocidad todo lo posible, frenando a fondo y sujetando el volante con fuerza.
No es aconsejable cambiar bruscamente la trayectoria para esquivar el animal, ya que podemos invadir el carril contrario o incluso salirnos de la vía, y mucho menos optar por atropellarlo: en los accidentes con animales, sobre todo de una especie cinegética, la ley especifica que la responsabilidad del accidente recaerá sobre el conductor.