Comprueba el historial de accidentes de tu coche usado

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Un coche que haya sufrido cualquier tipo de daño provocado por un impacto externo, siempre el resultado vaya más allá de defectos estéticos, se considerará accidentado. Los vehículos que hayan sufrido algún tipo de accidente de tráfico tienen un valor menor en el mercado: el coste de la reparación que haya pagado la compañía de seguros, basado en una tasación, debe deducirse de su valor de venta.

Por esta razón, es importante saber si el coche de segunda mano que queremos comprar ha sufrido algún tipo de accidente. Acceder a su historial y a su registro de incidentes es un mecanismo para saber si el precio que pide el vendedor por su vehículo es justo o si, por el contrario, podríamos conseguirlo por un precio mucho menor.

Otro argumento para hacer esta comprobación sobre el historial del coche que nos interesa es que, dependiendo del tipo de accidente en el que el vehículo haya estado involucrado, puede haber sufrido daños graves que hayan afectado a su seguridad, sobre todo si no se han reparado adecuadamente.

Cómo comprobar el historial de accidentes de un coche usado

La primera herramienta que nos servirá para descubrir el pasado de nuestro vehículo será el informe CARFAX y, si no existen datos a disposición, o incluso para asegurarnos de que cubrimos todos los posibles ángulos, el segundo método será realizar una inspección a fondo del vehículo antes de comprarlo.

Si los datos están disponibles, el informe CARFAX documenta si el coche estuvo implicado en un accidente. En cuanto a los vehículos de importación estadounidense, el informe revelará si sobre él pesa un ‘título de Salvamento’, que es como se denominan los vehículos catalogados como siniestro total en EE. UU.

En la sección de accidentes del informe CARFAX podremos encontrar un resumen de cualquier incidente o daño notificado a un coche. Esto puede incluir daños por colisiones o condiciones meteorológicas extremas: cualquier cosa que pueda afectar a la integridad y la seguridad del vehículo. El informe del vehículo proporciona detalles de los registros de accidentes y daños de un vehículo, ofreciendo toda la información disponible para que pueda tomar la decisión más adecuada respecto a la compraventa del coche.

Cuando haya datos disponibles, el informe te dirá lo siguiente:

  • El número de incidentes

  • Las fechas en las que ocurrieron

  • El punto de impacto

  • El importe en dólares de las reparaciones para coches de EE. UU.

Ten en cuenta que la base de datos de CARFAX se actualiza regularmente y, a veces, se pueden ir añadiendo datos nuevos que antes no estaban. Por eso, te recomendamos que compruebes tu informe regularmente durante su periodo de validez para ver si hay algún tipo de actualización.

¿Por qué consultar el historial de accidentes del coche?

Disponer de información detallada, precisa y de terceros sobre el historial de accidentes de un coche puede ayudarte a:

  • Protegerte de reclamaciones fraudulentas y de posibles responsabilidades

  • Descubrir sucesos que el vendedor puede no haber revelado o ni siquiera conocer

  • Negociar un precio justo y exacto para el vehículo

Si vas a comprar un coche usado, ya sea a un vendedor particular o a un concesionario, pide un informe CARFAX. En el mejor de los casos, el historial del vehículo demostrará que el vendedor ha sido sincero respecto a la vida anterior del vehículo o, incluso, que está en perfecto estado y sin incidencias reseñables. Si, por el contrario, el informe nos devela datos o accidentes ocultos y el vendedor los niega, deberías desconfiar.

Disponer de toda la información sobre el vehículo usado que queremos comprar nos permitirá tomar una decisión consecuente y segura, al mismo tiempo que nos dará herramientas para negociar un mejor precio por el coche.

Aunque solicites el informe de vehículo y compruebes el historial de accidentes, es importante que revises el coche de arriba abajo antes de comprarlo. A veces, el hecho de que no existan datos sobre siniestros no quiere decir que el vehículo esté intacto o no haya estado involucrado en ningún tipo de incidente.

¿Cómo revisar el coche para saber si ha tenido un siniestro?

Primero, haz una revisión visual y, si no estás seguro del estado de la carrocería, pasa las yemas de los dedos por las zonas más susceptibles de recibir golpes. Este gesto puede ayudar a detectar desperfectos o daños camuflados. El óxido también puede detectarse de este modo, al igual que las zonas pintadas de forma irregular.

Se puede ver si un coche ha sido repintado mirando las juntas de goma de las puertas, la zona alrededor del maletero o en el capó, donde no deben verse salpicaduras de pintura. Si, por otro lado, se sospecha que se haya podido rellenar una mancha o desperfecto, se puede pasar un imán por la carrocería del coche: el metal es magnético, pero la masilla no.

Un indicio de accidente son las distancias entre las diferentes piezas, como por ejemplo entre la tapa del compartimento del motor y el guardabarros. Una dimensión regular de los huecos nos asegurará que no ha habido ningún desperfecto, mientras que las medidas irregulares podrían deberse a un impacto. Se pueden medir con una regla para asegurarse.

Un síntoma de que los neumáticos no ruedan de manera regular es que el dibujo esté muy desgastado solo en un lado de la banda de rodadura. Lo mismo ocurre con el estado de las llantas, ya que si están deterioradas puede ser porque o bien el anterior conductor es simplemente torpe y las ha rayado al aparcar, o bien es resultado de un accidente. En este caso, es mejor llamar a un mecánico para que vea si la suspensión se ha podido ver afectada tras el impacto.

La inspección visual es sólo una parte de la prueba de accidentes que debes realizar. La otra parte es la prueba de conducción, durante la que hay prestar atención al comportamiento de la dirección. Si quitas las manos del volante en un tramo recto de la carretera, el vehículo debería seguir en esa dirección durante un rato. Si el coche se tuerce muy rápido o cambia de dirección, podría deberse a un accidente, así que deberías preguntarle al propietario o vendedor.

La facilidad con la que se cierra la puerta del coche también es una forma de comprobar si ha sufrido un accidente, ya que debería cerrarse sin mucho ruido ni esfuerzo. En caso contrario, puede ser síntoma de que el vehículo se haya visto implicado en un siniestro.

Merece la pena que eches un vistazo al interior del compartimento del motor del vehículo. Las marcas de soldadura o de aplastamiento podrían ser señal de que ha sufrido una colisión. Igualmente, hay que levantar la alfombra del maletero para verificar si el suelo presenta soldaduras y manchas de óxido, dos claves que pueden ayudar a descubrir desperfectos.

Contar con un acompañante durante la inspección es bueno para examinar el vehículo a fondo y evitar perderse algún detalle. Cuatro ojos siempre ven más que dos y si el segundo par es de alguien experto, mejor aun. Los vendedores expertos suelen hablar mucho durante la inspección, lo que puede distraernos.

No dejes que los informes de accidentes te alejen de un coche usado

No deberíamos rechazar comprar un coche de segunda mano con algún accidente en su historial a la primera de cambio. Con esta información en la mano, podemos preguntarle al vendedor qué ha sucedido y qué tipo de reparaciones se han llevado a cabo o, incluso, si todavía está vigente el plazo de la garantía de la reparación. No olvides pedir toda la documentación al respecto, sobre todo la de las reparaciones practicadas.

Dependiendo de los daños que sufriera el coche y de los arreglos completados, puedes negociar el precio de venta del vehículo y acabar llevándote a casa un coche seguro, fiable y aún más barato de lo que habías pensado en pagar.

Si lo compruebas de antemano, te ahorras sorpresas desagradables

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